Hace
mucho tiempo en unas prácticas que los entonces estudiantes de derecho hicimos en
los antiguos Juzgados de Santiago a propósito de delitos económicos, nos explicaron
diversas modalidades de la Estafa. La mayor parte de las estafas consiste en
ofrecerle a la ‘víctima’ un beneficio económico sin límite, si realiza antes una
inversión previa. Así funciona el timo del ‘tocomocho’, o las estafas piramidales.
Alguno preguntó con inocencia si la solución no estaría en instruir a los
ciudadanos sobre las artimañas de los estafadores para que estuvieran precavidos.
“Es inútil” dijo el Juez, “la codicia de las futuras víctimas
es siempre superior a su prudencia.”
La
estafa piramidal consiste en un esquema de negocios en la que los participantes
buscan a más clientes con el objetivo de que los nuevos participantes generen
beneficios a los participantes más antiguos. Estas pirámides son consideradas
estafas o timos y se conocen como timos en pirámide, cédulas de la
abundancia o Esquemas Ponzi.
El
riesgo en un esquema piramidal es que funciona en cuanto existan nuevos
participantes en cantidad suficiente. Cuando la población de posibles
participantes se satura, los beneficios de los participantes originales disminuyen
y muchos participantes terminan sin beneficio alguno tras haber financiado las
ganancias de los primeros participantes.
Charles
Ponzi fue un inmigrante italiano en USA que en los años 20 consiguió engañar a
miles de norteamericanos prometiendo retornos trimestrales del 50% invirtiendo
en sellos, cuando la remuneración media de las cuentas bancarias era del 5%. Aunque
inicialmente compró sellos internacionales, en seguida comenzó a usar el flujo
de las cantidades que captaba por los nuevos inversores para pagar el principal
y los intereses prometidos a los más viejos. Acabó en la cárcel, después
expulsado del país e murió en la pobreza.
El
Esquema Ponzi es ilegal en muchos países, como en España, que en la Ley de Ordenación
del Comercio minorista hace referencia a la venta piramidal. Existen dos
modalidades del Esquema Ponzi.
Una
es la modalidad de “pirámide abierta”, en la que el participante conoce la
estructura del negocio, y por tanto no deberían considerarse engañados, pero su
ingenuidad, su desconocimiento del concepto de saturación de mercado o su
codicia, junto a la esperanza de estar en la cumbre de la pirámide los hace
participar.
La
modalidad más grave es la “pirámide cerrada”, que es claramente delictiva.
En ella una persona o institución se presenta como un mediador de inversiones
no claramente explicadas, por las que capta inversiones con la promesa de un
grandísimo retorno, y que en principio si se produce ese retorno, provocando el
‘interés’ del mercado, pero que, en la realidad se usan los aportes de los
partícipes que entraron después para devolver los primeros aportes, y los intereses
prometidos. Evidentemente la ‘inversión’ de los partícipes tardíos está
supeditada a la entrada de nuevos participantes hasta que se satura o colapsa
dicho mercado.
Como ejemplos tenemos a Bernard
Madoff, acusado y condenado en 2008 por una estafa multimillonaria, que se escondía
por supuestas inversiones extremadamente brillantes (y falsas), cuando el
esquema era idéntico: utilizar el dinero de los nuevos inversores para pagar
los intereses de los más antiguos.
El primer ejemplo histórico de fraude
piramidal se dio en España, en el último tercio del siglo XIX: Baldomera Larra hija de Mariano José de
Larra montó lo que hoy se conocería como un
‘chiringuito’ financiero, operando a la vista de todos y pagando un 30% mensual,
con el dinero que le daban los nuevos impositores. En diciembre de 1876 incapaz
de pagar los intereses prometidos desapareció con todo el dinero que pudo,
aunque dos años más tarde fue detenida en Francia y condenada a seis años de
prisión, que no cumplió íntegramente dado que hubo muchas voces, que clamaban
por la clemencia.
Una variante muy popular en España son las
conocidas como células da abundancia que
eran un Sistema basado en la solidaridad entre las personas, que prometían
altos rendimientos. Cuando la argucia se desmontó, los que cobraran desaparecieron
dejando a miles de personas sin su dinero.
Otros casos de similares características
en España fueron Sofico (1974),
Fidecaya (1982),
Gescartera (2001)
y Finanzas Forex.com (2009), pero la de mayor repercusión fue la llamada
"estafa filatélica": de Fórum
Filatélico y Afinsa, acusadas de estafa que dejó sin ahorros a más de
465.000 clientes y que causó un agujero patrimonial superior a los 4.666 millones
de euros. Las empresas vendían sellos sobrevalorados a personas incautas y luego
los recompraban por una cantidad algo superior a nombre de nuevos inversores.
La Estafa es utilizar engaño bastante
para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en
perjuicio propio o ajeno (Art. 248 CP).
Se puede discutir en el marco de un
proceso penal cando existe Engaño bastante, y cuando este puede producir
error en otro. Se puede discutir si los que aceptaban intereses 2 o 3
veces superiores a los normales del mercado de Fórum Filatélico, o de Afinsa
(o de las ‘preferentes’ en entidades bancarias) eran o no conscientes de
lo irregular de eses productos, y de los riesgos que conllevaban. Todos
podemos ser víctimas del charlatán que
con su carromato vende a gritos botellas con un líquido que huele a aguardiente
en la plaza del pueblo, diciendo que lo cura todo, que sana todo tipo de enfermedades,
y que soluciona problemas de amores. Pero después de haber comprado varias
veces a varios supuestos doctores, botellas que huelen a aguardiente pero no
curan nada, ¿tenemos derecho a decir que nos engañaron y a pedir que el Estado
nos proteja en nuestros derechos como consumidores?
Casi todo se puede discutir, pero lo que
nunca se puede poner en duda es que ante un caso de Estafa Piramidal estamos
precisamente ante eso, en una estafa, y aunque los promotores de tal estafa tuvieran
la inmensísima inocencia de que su comportamiento era de buena fe, no debería
haber duda de que el Esquema de Ponzi es inviable, engañoso, y fraudulento, y
quien lo denuncia solo merece nuestro reconocimiento dado que muestra un engaño
del que no nos percatábamos.
Pues
no.
Conozco un caso que responde fielmente al
Esquema de Ponzi, en la que los estafados defienden al Estafador, y que se
enfadan y agreden a los que denuncian que estamos ante una Estafa Piramidal,
pero su descripción será objeto de una segunda parte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario