miércoles, 8 de enero de 2014

ESTAFAS Y MENTIRAS. III. El Sistema de Reparto y el Sistema de Capitalización. (castellano)


Nos hacemos viejos. Europa envejece, y Galicia todavía más, y más deprisa. Cada vez tenemos menos hijos y cada vez vivimos más. Si se mantiene la actual tendencia España será la segunda población más envejecida del mundo en el 2050. Esta realidad se podría paliar con la llegada de inmigrantes que vendrián si, y solo sí, la coyuntura económica fuera favorable (y no lo es desde 2008), y si se le ofrece un entorno agradable y con incentivos para trabajar y desarrollar su vida, pero la tendencia de los gobiernos del PP y del PSOE es espoliar a los ciudadanos a base de impuestos, para mantener el status quo de la clase política, sin proceder a las reformas del Sector Público tan necesarias y imprescindibles (simplificación administrativa, menos intervencionismo, adelgazamiento de la Administración...)

Dado que las pensiones van a depender de la población activa existente en cada momento, tenemos que estudiar la pirámide de población de España en los años 1995, 2005, 2030 y 2050.


Está señalado de color violeta oscuro la población no activa, niños y jóvenes hasta 25 años, y personas de más de 65 años. En violeta claro la franja de edad de 60 a 64 años, dado que tenemos que recordar que la pensión media en España está en 63 años (dado que se incluyen jubilados anticipados, y personas que acceden a una pensión de invalidez). Así mismo, la incorporación al mercado laboral se venía haciendo en una media de 25 años. La población activa, en disposición de trabajar son las franjas de edad desde los 25 años hasta los 60-65 años.

Si prestamos atención a la pirámide de 2005, que con las correspondientes modificaciones puede ser también la de 2013, vemos que el grueso de la población está en la franja de edad que puede trabajar. En este caso no debería haber ningún tipo de déficit de la seguridad social, dado que disponemos de una población activa muy numerosa, y aunque la población pasiva sea creciente, todavía son muchos menos. Olvidamos que existe un desempleo del 20-25%, tasa de desempleo mucho mayor que las economías más desarrolladas de nuestro entorno y que es debido a varios factores:
  • Muy alto nivel impositivo, entre las que destacan el impuesto al trabajo que son las cotizaciones sociales.
  • En España estamos a pagar a energía más cara de Europa.
  • La voracidad del sector público y de la deuda pública que llega en los Presupuestos del Estado para 2014 casi al 100% del PIB.

Pues bien, en el sistema no están entrando nuevos cotizantes debido al desempleo que está a sufrir la población comprendida en esas franjas de edad. También hemos de tener en cuenta el porcentaje de población con algún tipo de invalidez.

En las pirámides poblacionales previstas para los años 2030 y 2.050 comprobamos que disminuye la población existente en las franjas de edad de la población activa, aproximándose en los años 2030 como una enorme ola ya a las edades de jubilación, y que corresponden con el Baby Boom de los años 60 y 70.

También sorprende que la población de menos de 10 años es muy reducida. Pero lo que más sorprende es la magnitud de la población que tendrá más de 60 años, que serán demandantes de prestaciones de jubilación, que deberán ser pagadas por las franjas de edad de la población activa, que serán progresivamente menos, adoptando a pirámide a forma de Pirámide inversa.

Y las tres franjas en las que hay más población son las correspondientes de 24 a 34 años. Por tanto, dentro de 20-30 años, tendremos a esas franjas tan pobladas como solicitantes de prestaciones de jubilación, que deberán ser pagadas por las franjas de edad que hoy tienen menos de 10 años. ¡Y son muy pocos!, y los mayores de 60 años serán –seremos- muchísimos.

El sistema de pensiones de la Seguridad Social es un sistema piramidal esquema Ponzi, que es, en esencia, errado, dado que parte de presupuestos que no son ciertos, que son MENTIRA y son los siguientes:

  • La economía crecerá siempre,
  • El número de nuevos cotizantes siempre aumentará
  • Podemos desvincular la evolución de las cotizaciones del importe de las pensiones.
¿Son ciertas esas afirmaciones?
¿Estas premisas son creídas por los que defienden el actual sistema de reparto?
Pues bien, si la conclusión es que ni ellos creen en esas premisas, pero las siguen a repetir, estamos ante una FALACIA, es decir, ante una ESTAFA.

Un sistema de pensiones como el que existe actualmente en España se le llama Sistema de Reparto, dado que parte de la premisa de que con las cotizaciones obligatorias que se le imponen a los trabajadores y las empresas, se pagan las pensiones existentes en ese momento.

Nosotros proponemos la instauración en España de un sistema de pensiones llamado Sistema de Capitalización, en el que las cotizaciones obligatorias impuestas a los trabajadores y a las empresas se depositan en un Fondo individual propiedad del trabajador en el que se van generando intereses, y que al final de su vida es dedicado a pagar la pensión del trabajador titular, y en el caso de que no lo gaste, pasaría para sus herederos como una parte más de su herencia. Entendemos que un sistema de Capitalización de pensiones podría darle a los pensionistas una Pensión mucho más alta de la que perciben actualmente, suponer una menor carga para el Estado, y establecer unas previsiones para los futuros pensionistas más certeras y creíbles.

En el siguiente apartado vamos a comparar ambos Sistemas de pensiones.


Criterios para evaluar un sistema de pensiones.

Cualquier sistema de pensiones, tiene que responder a las siguientes cuestiones:

1.- ¿Es viable y sostenible en el tiempo el Sistema de Reparto de pensiones?
Tenemos un sistema de Reparto de pensiones, que antes de cualificar como justo o injusto, eficiente o ineficiente, hemos que determinar si es viable y sostenible en el tiempo.

Cualquier persona que estudie objetivamente los datos sin anteojos ideológicos, e intentando ser honesto llega a la conclusión de que el sistema de Reparto de pensiones español está abocado a quebrar.

Usando las proyecciones más recientes de población, e incorporando supuestos realistas de la evolución de parámetros macroeconómicos cruciales, tales como el crecimiento del empleo, del Producto Interno Bruto y de las remuneraciones reales, se llega a la inequívoca conclusión de que el sistema actual no es viable en el medio plazo, manteniendo las reglas actuales, en particular las de cotizaciones y cuantía de las pensiones.

El régimen de reparto logró mantener un precario equilibrio financiero en los últimos años, durante los años de expansión económica explicado en gran parte por el significativo incremento que registraron las cotizaciones correspondientes a los afiliados activos, e también por un mayor aporte estatal al sistema. El primero responde a mayores tasas de cotización y la subida de los salarios, mientras que el segundo se debe a mayores desembolsos que afrontó el fisco español como cotización de los desempleados y aporte para complementar aquellas pensiones que están por debajo de los mínimos garantizados. Es claro que las tasas de cotización no pueden seguir creciendo.

Además, los salarios más altos de los últimos años se transformaran inevitablemente (si las normas existentes se mantienen) en pensiones más elevadas en el futuro, que el régimen de reparto no podrá asumir. La posibilidad de incrementar los aportes del Estado permanentemente al sistema parece altamente improbable, dada la montaña de deuda pública española y el elevado déficit fiscal que es registrado hoy.

El déficit del sistema de pensiones crecerá exponencialmente en los próximos años para llegar a ser de 5,5 millones de pesetas (del año 1994) en el año 2025, es decir, un 37% del gasto en pensiones ese año.

El hecho inmutable y que condena a la quiebra, a partir de una perspectiva económica (incapacidad para cubrir los beneficios prometidos a partir de sus propios recursos), al sistema de reparto en España es la tendencia demográfica. El descenso de la tasa de natalidad y el progresivo envejecimiento de la población, hará que cada vez sea menor la proporción de trabajadores activos y jubilados. Como, en un sistema de reparto, los primeros financian las pensiones de los segundos, la carga se hará insostenible. Si continúa a aumentar el impuesto sobre la contratación de los trabajadores, que eso significan las altas tasas de cotización de la Seguridad Social, el paro causado va a ser todavía mayor.

El sistema actual hace que sea imposible escapar de ese dilema: o aumento del paro o menores pensiones para los jubilados actuales y futuros.

Mantener el sistema actual significa que España necesita adquirir renta adicional sobre las actuales rentas (10,25% del PIB en 2012), y la pregunta es:

¿De dónde obtendremos estas rendas adicionales?
¿Subiremos más los Impuestos y contribuciones sociales?
¿Será que encontraremos nuevas fuentes de ingresos para mantener nuestro régimen de reparto de Seguridad social?
¿Pozos de petróleo no descubiertos todavía?

Poniendo puertas al mar.
Obviamente se pueden hacer ajustes en el sistema actual, en la línea de los acuerdos de los llamados "Pactos de Toledo", que significa siempre mayores cotizaciones de los actuales trabajadores y pensiones más bajas para los futuros jubilados, como una forma de reducir este déficit. Con todo, otros estudios concluyen que ninguna de las modificaciones que fueron planteadas, por sí solas, pueden eliminar el déficit, y mucho menos revertir su tendencia. Solo se puede atemperar su tendencia ascendiente.

Porque todos los estudios independientes concluyen que los Pactos de Toledo son solo un paliativo a la crisis del sistema, no elimina el enorme déficit que se va a producir en el sistema de pensiones del Estado, solo lo atenúa por un tiempo. Pero, en pocos años, tendrá que haber un segundo Pacto de Toledo. Y después, otro, y muchos otros.

Debe quedar claro que este Pacto consiste principalmente en el mantenimiento del sistema de reparto y reducir los beneficios para los futuros jubilados por medio de cambiar su fórmula para el cálculo de la pensión y jubilación e incrementarles la edad de retiro.

Las personas tienen que ser conscientes de que poner las pensiones en relación a la evolución económica, es poner un parche al sistema , pero no lo convierten en viable, y al tiempo, el sistema se convierte en un estado de “inseguridad social”, ya que los trabajadores no sabrán nunca cual será su futura pensión, dado que estará en función de los futuros recortes en el cálculo que los legisladores irán decidiendo para atrasar las crisis sucesivas.

En el marco de los llamados “Pactos de Toledo”, y debido a una situación excepcional de superavit y para garantizar la viabilidad del sistema de pensiones español, se pensó en ¡realizar aportaciones! desde los Presupuestos generales del Estado para (1) amortizar el déficit que venía arrastrando el sistema de la Seguridad Social y (2) crear un Fondo de Reserva para garantizar la “viabilidad del sistema”.

Dejemos de lado la extrañeza que produce que en España, en el periodo de más prosperidad económica, y en la que históricamente tenía el desempleo más bajo hubiera 'déficit de la Seguridad Social'. Si en ese periodo existe déficit, el sistema está mal diseñado.

Pasando al Fondo de Reserva, este fue creado con los superavit conseguidos desde 1999, hasta 2011, cuando alcanzó un total acumulado de 66.800 millones de euros, cantidad que, a pesar de las declaraciones triunfantes de los políticos, no daría para un solo año de pago a los pensionistas.

Desde entonces, el Fondo de Reserva comenzó a disminuir debido al déficit que viene soportando España en 2012 e 2013, pero, además, el Fondo está amenazado por la decisión del Gobierno de usar este Fondo de Reserva para comprar deuda pública del Gobierno español para esconder el déficit del Estado. De hecho, hoy día 1 de octubre de 2013 leemos en los periódicos que en el mes de junio de 2013 se usaron 4.500 millones de euros del Fondo de reserva para pagar las pensiones, y que ahora en el último trimestre de 2013 se usarán otros 6.148 millones de euros por el mismo motivo. Hoy de los 66.800 millones de euros de 2011, pasamos a 59.385 millones en 2013.

La composición de las inversiones del Fondo era en 2007 la siguiente: 50% en deuda pública española y 50% en deuda pública de países europeos, pero, desde entonces, vendió casi todos sus activos en deuda externa y invirtió en deuda del gobierno español, cuyo porcentaje es hoy del 97%. Hoy, la posibilidad de un rescate a España parece más alejada que hace 12 meses, pero no es una posibilidad poco probable, y, en el caso de un rescate, significaría que el Fondo de Reserva sufriría una quita semejante a la quita que le están haciendo a la deuda pública griega.

Por causa de esa decisión política de invertir en deuda pública española, la evolución de la rentabilidad del Fondo de Reserva también sufrió una evolución negativa. La tasa media de rentabilidad es como sigue:

2000
4,78%
2001
4,32%
2002
3,27%
2003
2,31%
2004
2,02%
2005
2,02%
2006
2,27%
2007
3,79%
2008
3,79%
2009
0,64%
2010
0,36%
2011
0,80%
2012
0,19%

Si hoy tuviéramos que acudir al Fondo de Reserva, tendríamos que “vender” los activos en el mercado internacional. El 97% es Deuda Pública española... ¿Quién la compraría?

Inevitablemente, si se mantiene este sistema, el cobro de las pensiones futuras será cada vez más restrictivo, y todo tenderá a que la pensión media sea más pequeña.

España gasta más del 35,9% del PIB en su modelo de pensiones de reparto. En concreto y con los números de los Presupuestos Generales del Estado para 2014, el gasto en pensiones será de 127.483 millones de Euros. Recordemos que el Fondo de Reserva está limitado hoy a 59.385 millones en 2013: No daría ni para pagar 6 meses de las pensiones.

Mirando cara atrás, vemos que el sistema tiende a ser gestionado de forma poco responsable: entre 2001 y 2011 , con una inflación acumulada del 30%, la cuantía de las prestaciones aumentaron un 63%, mientras que el número de jubilados creció sólo un 7%. Mirando cara al futuro, la situación no es esperanzadora: los gobiernos Zapatero y Rajoy fueron obligados a reconocer que el modelo es insostenible sin atrasar la edad de jubilación y sin reducir la cuantía de las pensiones.

2 -. ¿Es viable y sostenible a lo largo del tiempo el sistema de Capitalización de pensiones?
El Sistema de Capitalización de pensiones consiste en ahorrar de las aportaciones para contingencias comunes para cada trabajador, poniéndolo a su nombre en un Fondo individual, y que será administrado por Gestores de Fondos de reconocida solvencia y acreditados. El Capital o renta que el trabajador tendrá al fin da su vida laboral tiene su origen en:

• Las aportaciones obligatorias realizadas a lo largo de su vida, por la empresa o por el empleado.
• Las aportaciones voluntarias hechas a lo largo de su vida.
• Los intereses generados sobre el tiempo de capitalización de los valores citados, y los intereses generados por el mecanismo del interés compuesto.

Por tanto, estamos a hablar de Fondos reales y existentes, y no de valores futuros que dependan de ingresos futuros, que, a su vez, dependan de la evolución futura de la economía y del empleo.


3 -. ¿Qué influencia e impacto tiene en la sociedad el sistema de Reparto de pensiones?

El sistema de Reparto empeora la competitividad das nuestras empresas, dado que el sobre coste que sufre el trabajo –vía cotizaciones- se tiene que compensar con salarios más bajos de los trabajadores, para equilibrar el valor de productos de otros países que no padecen un coste tal elevado en su fuerza de trabajo. El sistema de Reparto do sistema de pensiones es un coste inasumible para los trabajadores y para la economía del Estado. Las consecuencias del actual sistema de reparto son:

Las pensiones serán progresivamente más reducidas. La cuantía media de las pensiones necesariamente será menor a medida que se va saturando el sistema, que dependen exclusivamente de las cotizaciones existente en el momento de su pago, y debido a que el aumento del número de contribuyentes es inferior al aumento del número de jubilados, e también la tasa de incremento de los salarios es el techo de un posible aumento de las pensiones en un sistema de reparto maduro.

Perjudica al empleo. El sistema de reparto es financiado por las contribuciones existentes en cada momento y son percibidas como un impuesto sobre la contratación, y exigen una muy alta tasa de contribución (contingencias comunes solo 28,3 %, y la tasa de contribución total sobre 40%). Distorsiona el mercado de trabajo y dificulta la creación de empleo.

Perjudica al ahorro y causa más dependencia de los malvados mercados financieros internacionales. Con una tasa de impuestos tan alto, el ahorro no es posible, y, por tanto para cualquier préstamo que precisen los individuos y las empresas deben acudir al mercado financiero exterior, que desconoce más y es más desconfiado que las entidades financieras domésticas.

Aumenta el poder del Estado en la economía y en la sociedad. El Estado controla la prestación de pensiones y centraliza todas las contribuciones e impuestos, decide en lo que se invierte, con la carga de ineficiencia y egoísmo que comporta, y también es un medio fantástico de controlar la sociedad civil. ¿Cuántos de nosotros invertiríamos todos nuestros ahorros en Deuda Pública española en el año 2013? El Estado invirtió el 98% del Fondo de Reserva en Deuda Pública española.

Perjudica la productividad del capital. Al no haber ahorro, y precisando más capital para satisfacer las necesidades de financiamiento y de funcionamiento del Estado, el nivel de impuestos aumentará, y de toda la deuda de la sociedad será predominantemente Deuda Pública y no Deuda Privada para financiar objetivos de inversión y las necesidades de los ciudadanos.

Convierte el sistema de pensiones en un sistema clientelar de caciquismo. Las pensiones dependen de decisiones políticas, aumentando la incertidumbre de los actuales y futuros pensionistas dando lugar a conductas irresponsables y haciendo de las pensiones un tema de debate en curso.


4-. ¿Qué influencia e impacto tiene en la sociedad el Sistema de Capitalización de Pensiones?

Aumenta las pensiones. Las pensiones son más elevadas, ya que dependen del dinero ahorrado a lo largo de la vida de trabajo, más los intereses generados por esas cantidades. Además, la rentabilidad de una cartera de inversión de un sistema de capitalización privado será ciertamente mayor que la tasa de crecimiento de los salarios en un período de 40 años.

Aumenta el empleo. Un sistema de capitalización que es financiado por el ahorro obligatorio de los trabajadores, es percibido como propiedad individual no como un imposto sobre la contratación de trabajo. Además, el sistema puede operar con una tasa de ahorro obligatoria bien por bajo de la tasa de contribuciones exigen que el sistema de reparto. Por tanto, se elimina una distorsión en el mercado de trabajo que dificulta la creación de empleo.

Aumenta el ahorro. Al imponerse una tasa mínima de ahorro y al crearse incentivos para el ahorro adicional y voluntario es altamente probable que el resultado sea un aumento del ahorro nacional, sobre todo se el Estado colabora reduciendo gastos innecesarios como una contribución al financiamiento de la transición.

Mejora la productividad del capital. Al asignarse este ahorro a través de mercados de capitales competitivos y transparentes sin ninguna obligación de dedicarlos a financiar el gasto público o el Déficit Público, mejora la eficiencia del proceso ahorro –inversión en la economía.

Potencia la tasa de crecimiento del PIB, debido al aumento del ahorro y del empleo y al aumento de la productividad del trabajo y del capital.

Reduce el poder del Estado en la economía. Al traspasar al sector privado el control de los recursos asociados a la provisión de pensiones, la reforma implica una gigantesca descentralización del poder desde el Estado para la sociedad civil.

Despolitiza el sistema de pensiones. Como el nivel de la cuantía de las pensiones ya no depende de decisiones legales, la cuestión deja de ser un problema permanente en la discusión política, eliminando las incertidumbres de los actuales y futuros pensionistas.

Estimula una cultura de trabajo estimulador del ahorro y disciplina la gestión económica pública. Como los trabajadores pueden proyectar su vida de jubilación como la prefieran (edad de retiro y cuantía de la pensión de jubilación), lo que estimula el ahorro y el esfuerzo personal como factores decisivos para lograr objetivos personales para la vejez. Además, el vínculo que se crea entre el valor de la cuenta individual y el buen funcionamiento de la economía, hace que los trabajadores se impliquen en la buena conducción de los negocios y de la economía.


5 -. ¿Es el sistema de reparto de pensiones un sistema justo?
No es un sistema justo. Justicia es dar a cada uno lo suyo y el retorno de la pensión está basado en la decisión política, y no en base a las aportaciones efectivas realizadas por los trabajadores. Y la decisión de los políticos se basa en la rentabilidad política a través de la promoción de decisiones irresponsables y populistas, según la lógica perversa del sistema es para perjudicar la gran mayoría de los contribuyentes para favorecer los jubilados que en el border line do sistema: los que non contribuyeron suficientemente, y los privilegiados por el poder político: Diputados y Senadores que aceden a la pensión máximo con solo 7 años, sacerdotes y religiosos que acceden al sistema sin cumplir la exigencia del tiempo de cotización, los ferroviarios, y los mineros, que pueden jubilarse a los 55 años, el personal de vuelo, toreros , artistas, personal Estatutario da Seguridad social, trabajadores marítimos, miembros de la policía vasca...

El pecado original del sistema reparto es que no hay una conexión directa entre el esfuerzo del ahorro, y la pensión que se obtiene por ese esfuerzo.

Este sistema es un sistema injusto, profundamente injusto, en el que los políticos pueden capitalizar el dinero ajeno, con un único criterio de búsqueda de su ventaja política, y eso pasa por maltratar a los que pagan, y beneficiar a ciertos colectivos con la falsa excusa de la solidaridad.

Pero aunque no hubiera grupos privilegiados (y por tanto, todos os demás perjudicados) seguiría siendo un sistema injusto, dado que es atribuirle la carga de las pensiones (de la población que percibe pensiones) a las generaciones activas que están realizando cotizaciones, y eso, con independencia de que sean más o no, y con unas cuantías fijadas por la generación anterior, y no por la generación que está efectivamente pagando las pensiones.


6- ¿Es el sistema de Capitalización de pensiones un sistema justo?
La Justicia, según la antigua definición del derecho romano, es el arte de dar a cada uno lo suyo. En este sentido, el régimen de capitalización es absolutamente justo, en el sentido de que se beneficia a todos os trabajadores de la misma manera, pues establece una conexión directa entre el esfuerzo de ahorro para la jubilación y la pensión que obtiene a partir de este esfuerzo.

La justicia no es dar a cada uno según su necesidad, como pretenden algunas teorías marxistas  ya que ignora el hecho evidente de que cualquier bien o servicio tiene un coste, y debe ser pagado por alguien en algún momento. El Sistema de capitalización es perfectamente compatible con una red asistencial que proteja a los ciudadanos más vulnerables de la sociedad, pero esta protección pública debe ser independiente del sistema de capitalización, y su fuente de financiamiento deben ser los Presupuestos públicos, y en la cantidad y en la extensión que decidan en cada momento los ciudadanos, ya que no es justo o ético asignar a una futura generación un gasto que queremos hacer en este momento.

7 - ¿Es el Sistema de reparto un Sistema de solidario?
Este es uno de los activos que se le presuponen al Sistema de Reparto. Este sistema pretende dotar de una Pensión adecuada (se llama en el falaz lenguaje como pensión digna), independientemente del esfuerzo ahorrador que hiciera a lo largo de su vida. Están establecidas medidas como “Valor mínimo de las pensiones”, o las pensiones No Contributivas. El problema con estas medidas sociales es que mezclan Prestaciones que deberían ser estrictamente retributivas, con otras que responden a otra lógica como es la asistencial, con la consecuencia de que nadie sabe qué porcentaje de su pensión se debe a su esfuerzo o que porcentaje se debe al esfuerzo de todos –Vía Presupuesto.

¿Porque es un sistema tan opaco? Para evitar el riesgo de que la gente, los ciudadanos sean conscientes de lo que pagaron en el sistema, y de lo que reciben a cambio, y mantenerlos en la creencia de que le “deben” su pensión a los políticos.

8-. ¿Es el sistema de capitalización un sistema solidario?
El sistema de capitalización no tiene que ser solidario. Tiene que ser justo, claro y transparente. Sin embargo, es perfectamente compatible con un sistema de Prestaciones sociales para los ciudadanos más vulnerables que no fueron capaz de ahorrar. La gran ventaja es que quedará perfectamente demarcada qué cantidad corresponde a los impuestos que pagamos todos y qué cantidad corresponde al propio ahorro personal, sin que se le pueda mentir a los ciudadanos.

Con esta limitación, el sistema propuesto podría basarse en tres Pilares:

Pilar contributivo obligatorio: La afiliación y cotización a este pilar es obligatoria para los trabajadores dependientes (régimen general) y los autónomos (régimen de autónomos) cotizando a una tasa siempre inferior a la actualmente vigente del 28,3 %.

Pilar Voluntario: El Pilar Voluntario ofrece alternativas de ahorro adicional a la contribución obligatoria, donde los trabajadores dependientes e independientes pueden ahorrar sobre lo ya cotizado que le permitan mejorar supuestos futuros de su vida como pensionista, como la edad de jubilación o aumentar la cantidad de su pensión.

Pilar Solidario: El Pilar solidario se compone de aquellas Prestaciones que pudieran establecerse y que conocemos como Prestaciones no contributivas, así como aquellos Complementos de cuantía mínima, y que deberían financiarse exclusivamente a cargo de los Presupuestos de las Comunidades Autónomas, vía impuestos.

9 -. Cual es la relación precio -retorno en el sistema de reparto?
La pensión media en 2012 fue de 950 euros, aunque que las contribuciones a la Seguridad Social son realizadas en torno al 28,3 % de los salarios de los trabajadores.

Para tener derecho a una pensión de 950 euros, tendríamos que cotizar a una base de 950 (actualizada) por 35 años. Es decir, tendríamos que tener cotizado: (35 X 12 X 950 ) X 28,30 % = 112.917 euros.

El sistema afronta un problema de sostenibilidad fiscal y no consigue garantizar una jubilación digna para nuestros mayores.


10 -. Cual es la relación precio -retorno del sistema de capitalización?
En el sistema de Capitalización se hacen contribuciones a un Fondo de ahorro que, a su vez, se incrementa con los interesen generados por el propio capital aportado. En Chile, que es el país pionero en el Sistema de Capitalización obtuvo un retorno medio de un 9% tras la inflación, y, en ese caso, la pensión media en España sería 2.500 € mensuales. Incluso partiendo de un resultado de un 50 % inferior, tendríamos una pensión media de 1.250 € por mes que sería mucho mayor que la pensión media de 950 € que obtienen hoy con el Sistema de reparto.

Un mileurista con un salario mensual de 1.000 euros estará cotizando a la Seguridad Social a unos 3.396 euros anuales (exclusivamente por contingencias comunes). Los Mercados bursátiles mundiales dieron entre 1900 e 2010, una rentabilidad media real (descontada la inflación) del 5,4%, y sin contar con posibilidades de inversión más eficiente. Capitalizando esta pensión anual durante 38 años con un interés medio del 5,4% tendría acumulado un patrimonio de 450.000 euros, o una pensión mensual de 1.500 euros mensuales.


Para poner de manifiesto lo irracional del sistema de pensiones español debemos describirlo aunque sea someramente, pero eso será objeto de una siguiente entrega.

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